La ciencia detrás del Mindfulness

El cerebro es uno de los órganos más complejos del cuerpo humano. Forma parte del Sistema Nervioso Central (SNC), pesa poco más de un kilo y medio (representando apenas un 2% del peso corporal total) y recibe aproximadamente un 25% de la sangre total que bombea el motor de nuestro organismo, el corazón.

El cerebro está protegido por el cráneo y un líquido transparente líquido cefalorraquídeo, que evita tanto afecciones físicas como inmunológicas. De este miembro reside la capacidad de dictaminar las órdenes que regulan el cuerpo humano. Estamos hablando tanto de movimientos, sensaciones como sentimientos.

Esta formado por millones de neuronas, que interconectadas mediante axones y dendritas, permiten regular todas y cada una de las funciones del cuerpo y la mente. El cerebro, tal y como lo conocemos hoy, es el resultado 2,5 millones de años de evolución humana, desde los primeros homínidos hasta el actual Homo Sapiens.

Su estructura y anatomía general, es muy similar entre los diferentes mamíferos, pero el componente diferenciador entre humanos y animales es el volumen encefálico significativamente superior de las personas. A pesar de toda la información que la neurología ha conseguido recabar en los últimos años (en especial, gracias a los avances de la tecnología), el cerebro humano sigue siendo todo un misterio.

Funcionamiento básico del cerebro

Los tres cerebros

Cerebro Reptiliano

Cuida el territorio, es instintivo, mecánico, duro, resistente, muy ritualista. Responde automaticamente a situaciones de peligro. Controla las necesidades básicas, las más viscerales. Cuando un ser humano se siente amenazado: “respuesta reptílica”…huye o ataca…se paraliza…

Cerebro límbico o emocional

Asiento de los sentimientos y las emociones ante las experiencias o los recuerdos evocados. El cerebro crea “neurofusiones” placenteras o dolorosas, cuando un estímulo interno o externo se asocia a placer/dolor.

Neocorteza (cerebro nuevo)

Es el “cerebro pensante” Es la parte más “jóven” , la de mayor desarrollo evolutivo (lenguaje, lectura, escritura, capacidad de abstracción, etc), asiento de las “funciones superiores”

Entendiendo la neuroplasticidad

La neuroplasticidad, también conocida como plasticidad cerebral o neuronal, es el concepto que hace referencia al modo en el que nuestro sistema nervioso cambia a partir de su interacción con el entorno. Cada persona percibe el mundo y actúa sobre él de una manera diferente, dependiendo de la secuencia de contextos que le toque vivir.

Las investigaciones más recientes demuestran que el cerebro continúa creando nuevas conexiones neuronales y alterando las ya existentes con el fin de adaptarse a nuevas experiencias, aprendiendo de la conducta y la nueva información para crear nuevos recuerdos.

Además, la plasticidad neuronal no es algo que tarde mucho en producirse: ocurre de manera constante, en tiempo real, e incluso mientras dormimos. Constantemente estamos recibiendo un torrente de estímulos y estamos emitiendo un flujo constante de acciones que modifican el entorno, y todos estos procesos hacen que nuestro encéfalo se vaya modificando.

Nuestros cerebros están siendo moldeados constantemente gracias a la experiencia. La mayoría de nosotros tenemos comportamientos y pensamientos muy diferentes hoy que hace 20 años. Este cambio es neuroplasticidad en acción, pues generamos cambios en la estructura y organización del cerebro a medida que experimentamos, aprendemos y nos adaptamos.

Con cada repetición de un pensamiento o emoción, reforzamos un camino neuronal, y con cada nuevo pensamiento, comenzamos a crear una nueva forma de ser. Estos pequeños cambios, frecuentemente repetidos, conducen a cambios reales en el funcionamiento de nuestro cerebro.

Efectos de la meditación en el cerebro

Meditar estimula y fortalece la corteza prefrontal (CPF), LA CPF es el asiento de las “FUNCIONES SUPERIORES” (funciones ejecutivas y cognitivas) las que nos distinguen como seres humanos: aprender, recordar, razonar, analizar, planear, crear, inventar, comunicarnos, especular sobre posibilidades.

FRENA REACCIONES AUTOMÁTICAS propias del cerebro reptiliano y mamífero (sistema límbico) “INTÉRPRETE” de nuestras experiencias y percepciones.

Nos permite ENTENDER situaciones, ENTENDERNOS a nosotros mismos, COMPRENDER a otros.

REGULA EMOCIONES Conexión cerebro “pensante”/ cerebro “emocional”

Hay otra área del cerebro que cambia a través de la meditación: la amígdala. Pero contrario a las anteriores no se hace más grande; por el contrario se encoge. La amígdala, ese molesto rincón del cerebro que produce sentimientos de ansiedad, miedo y estrés general, es físicamente más pequeño en el cerebro de las personas que practican meditación constantemente. Cuanto más pequeña es nuestra amígdala, menor posibilidad tiende controlar nuestras respuestas emocionales, especialmente aquellas que tienen que ver con la típica respuesta de “atacar o huir”.

Los beneficios de estar presente

1- Reduce la actividad en los “centros cerebrales del ego”

Uno de los estudios más interesantes de los últimos años fue llevado a cabo en la Universidad de Yale y encontró que la meditación mindfulness reduce la actividad en la red cerebral responsable de los Pensamientos autorreferenciales.

2- Ralentiza el envejecimiento cerebral

Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles encontró que las personas que meditan a largo plazo tienen cerebros mejor preservados que las que no meditan.

3- Ayuda a controlar la depresión y ansiedad

Un estudio de la Universidad John Hopkins estudió la capacidad de la meditación mindfulness para reducir los síntomas de la ansiedad, depresión y el dolor y encontraron que sus efectos son iguales a los de los antidepresivos.

4- Mejora la memoria y concentración

Uno de los beneficios más destacados de la meditación es que mejora la atención, memoria y la concentración.

5- Ayuda a controlar las adicciones

Un estudio comparó los efectos de la meditación mindfulness con los de un programa para dejar de fumar de la “American Lung Association’s freedom from smoking” y encontró que las personas que practicaron mindfulness tenían más probabilidades de dejar de fumar que aquellas que realizaron el tratamiento convencional.

6- Menos estrés

Según este estudio después de un curso de 8 semanas de meditación mindfulness, los centros cerebrales de lucha o respuesta -la amígdala- disminuyen su tamaño. Esta región cerebral, asociada con el miedo y las emociones, interviene en la respuesta de estrés.

7- Sentir menos dolor

Otro estudio ha encontrado que las personas que tienen un nivel avanzado de meditación experimentan menos dolor. Lo curioso es que las imágenes cerebrales muestran más actividad en las áreas asociadas con el dolor.

8- Mejora las habilidades sociales

Un estudio de la Universidad de Wisconsin durante 12 años comparó a expertos en meditación con personas principiantes. Cuando ambos grupos escucharon la voz de personas estresadas, dos áreas cerebrales conocidas por estar relacionadas con la empatía mostraron más actividad en los meditadores expertos. Esto sugiere que las personas que meditan regularmente tienen una mayor habilidad de responder a los
sentimientos de otros y de empatizar.

9- Reduce los sentimientos de soledad

Un estudio de la Universidad Carnegie Mellon encontró que la meditación mindfulness es útil para disminuir sentimientos de soledad, los cuales disminuyen a su vez el riesgo de mortalidad y depresión.

10- Permite vivir más tiempo

Los telómeros son una parte esencial de las células del cuerpo humano que afectan al proceso de envejecimiento. Aunque la investigación no ha concluido nada aun, hay datos que sugieren que algunas formas de meditación tienen efectos en la longitud de los telomeros al reducir el estrés.

11- Ayuda a controlar el ritmo cardíaco

Según este estudio publicado en la “Korean Association of Genuine Traditional Medicine” los practicantes de meditación muestran un descenso en el ritmo cardíaco y en la frecuencia respiratoria 8 meses después del periodo de entrenamiento.

12- Reduce el riesgo de Alzheimer y de muerte prematura

Los resultados de este estudio publicado en la revista Brain, Behavior and Immunity muestran que solo con 30 minutos de meditación al día se reduce el riesgo de muerte prematura, Alzheimer, enfermedades del corazón y de depresión.