“La reducción del estrés y la atención plena no solo hace niños más felices y saludables, sino que estimulan el proceso cognitivo, potenciando el aprendizaje”
Gracias al mundo sobre estimulado en el que vivimos, la tecnología, las demandas, la competitividad académica, las clases extracurriculares, las relaciones con amigos, con la familia, redes sociales, entre otros, hace que los niños se vean afectados no solo en su parte académica sino en su parte emocional.
Los niños de hoy suelen ser inquietos y dispersos, algunos les cuesta conciliar el sueño, otros incluso están estresados.
¿Cómo ayudarlos a calmarse y relajarse? ¿Cómo lograr que se concentren en lo que hacen?
La neurociencia ha probado que cuando los estudiantes están estresados, físicamente no pueden aprender. Los estudiantes de hoy están siendo diagnosticados con depresión, ansiedad, TDAH, trastornos de la alimentación, adicciones y otras conductas autodestructivas relacionadas con el estrés a tasas epidémicas.
Pero lo que muchos no sabemos es que resulta casi imposible a nivel biológico prestar atención de manera efectiva a cada chat de whatsapp , a cada nuevo nivel alcanzado en el videojuego de su preferencia, a cada nueva prueba de evaluación estandarizada y cada actividad deportiva ó extracurricular que está presente en el cronograma de un estudiante
¡Aquí está la buena noticia! A pesar de que vivimos en este mundo apresurado, las emociones de calma también se pueden cultivar y contagiar.
Utilizando la práctica de Mindfulness como una herramienta sencilla y eficaz, que les permite despertar conciencia sobre el funcionamiento de su mente y cómo esto contribuye a su salud emocional y mental.
Las prácticas de Mindfulness se pueden adaptar perfectamente a las necesidades de los pequeños aportándoles beneficios inmediatos. En estas sesiones para niños y adolescentes se presentan historias, cuentos, ejercicios simples, breves y divertidos que podrán practicar a diario.